El palmito de los “garbanseros”
domingo, 19 septiembre, 2010, 12:29 PM - Critico de pacotilla


Le dije a Pedro que me animaría a escribir una parrafada de esas que las que me gusta a mí para ponerla en su rincón del “feisbuc”…. y como todo lo que se promete se hace deuda y toda deuda hay que pagarla, aquí estoy yo para hablar de los que menos pagan y más prometen y de mi querido pueblo que este año, además, es el tuyo.

Y así como Miguel lo vio también lo veo yo ahora... como un pueblo. Una especie de ciudad dormitorio que tiene vida tan solo a ciertas horas y en ciertos momentos. Donde los sueños del comercio duermen la siesta y la industria descansa su jornada de trabajo. Pueblo sin servicios en las horas de asueto…. obvio por otra parte ya que las camas ya están hechas, los suelos limpios y precintado el WC.

Hace ya algunos años alguien en un curso de Marketing que la Camara de Comercio Organizaba, el ponente delante de una taza de café me comentaba lo que ahora yo digo. Orihuela es cojonuda para descansar…. lo cual no es malo, muy al contrario, es cojonudo si es lo que busco. Imagino a los antiguos colonos llegando en sus burro o bueyes o lo que fuere… no sería difícil decir…. “¡aquí me quedo!”…. un río, parapeto de montaña, medio día, vistas al mar… el sueño de cualquier bungalow…

El problema no está en lo que yo quiero que sea si nó tal vez en lo que se busca de ser… “se espera que sea” en reflexivo pluscuamperfecto pasado.

De un pueblo como Orihuela lo que se espera es algo más de lo que se tiene. Las iglesias, el río, las montañas, Miguel Hernández y las playas ya vienen en el lote.. a partir de aquí es donde hay que empezar a gobernar, edificar, crecer con criterio y sabiduría. Pero eso desgraciadamente escasea, y lo que es peor, escaseará.

Orihuela, según me dicen, es muy compleja…. Un entramado de pedanías distantes en uno de los municipios más extensos del país hace que sea complicado el gobierno. Tenemos playas a 30 km del casco antiguo, pedanías con universidad, otras con hospital, pequeños reductos de residentes por las fronteras de Murcia, con poblaciones intermedias…. vamos, un follón y de los gordos. Ese sistema lo hace incluso más difícil para mantener a todos contentos y aquí es donde está el verdadero “desgobierno”.

Las definición que hay en estos días sobre hacer política, y que a mi entender es totalmente distinta a la que debería ser, hace de este entramado pedaneo un puzzle de votos indispensable para mantenerse en el poder. De ahí que el único oficio que en Orihuela prolifera y se mantiene por mucho tiempo es….. el de “Garbansero” que para quién desconozca la palabra diré que ni es mía ni es broma. Los “Garbanseros” son los dueños de esos puestos ambulantes que van de fiesta en fiesta y entre los que destacan productos como los garbanzos secos, “tramusos” (altramuces para los foráneos), avellanas americanas, pipas, maíz dulce, palmito…etc.

Los políticos de estos lares, como los “garbanseros”, en su necesidad de clientes se desplazan de pedanía en pedanía vendiendo sus productos… el kiosquero con sus tramusos y maíz dulce y el “garbansero” político con su verborrea, promesas políticas y, por su puesto, también el palmito. Ahí los verás en cualquier procesión detrás de la virgensica o el “San Aparecido”… a los políticos justo trás el trono y junto a otros “garbanseros” y al dueño de cortijo, el alcalde pedaneo, quien dará ágapes y votos a cambio de promesas y débitos… a los kiosqueros los tendrás delante y al final… tras los alumbrantes. Todos ellos anunciando los productos que llevan… ¡hay pipas, tramuuuusos, avellanas, PAUS, pabellones, ambulatorios!

Tras el esfuerzo que supone este honrado puesto de “garbansero” es de suponer que no queda tiempo para más. El kiosquero pa su casa a contar las habas que ha pillao y reponer el carro y el político pa la suya a contar los votos recolectaos.

¿Estudios? … pa qué… si esto es un oficio que se aprende con el día a día y pasa de padres a hijos. Las características de los garbanzos, las propiedades de los “tramusos” o los metros cuadrados de un PAU son los mismos de generación en generación y exigen poco esfuerzo. Un poco de geografía al principio para no irte a La Aparecida en vez de Los Desamparados y algo de memoria para darle dos besos a la mujer del pedaneo en vez de a su secretaria.

Por esto todo es un caos, un desconcierto y el mejor escondite de los piratas y mangantes… por eso cuando preguntas ¿qué pasa en Orihuela? te responden… ¡Es que Orihuela es muy difícil! … Claro que es difícil …. como que no has estudiao para gobernar… tan solo lo has hecho para “garbansero”. Por eso cuando llega un empresario “corrupto” y le dice… “si haces esto y esto y esto… te llevas un 20”… ah.. pero eso se puede?.. Sí hombre, claro que se puede… no seas tonto que pa llevárselo otro te lo llevas tú. Y al “garbansero” que le cuesta llegar a fin de mes se le abre la posibilidad de ampliar el negocios y ya está viendo esa flotilla de furgonetas llenas de maíz dulce, tramusos, otros PAUS y más comisiones….. ¡Sea pues!

Orihuela desgraciadamente está estancada por su propia estructura. Tendremos de todo pero en lo cutre. Cutres instalaciones deportivas, cutre entramado industrial, cutre cultural y cutres políticos.

En definitiva…. que tenemos uno de los municipios más complicados que hay en el país gobernado por “garbanseros” vendiendo sus productos y paseando el Palmito por todas las pedanías.





Los toros y Franco
jueves, 29 julio, 2010, 04:14 PM - Critico de pacotilla

Oleo sobre tela "Sombra en el burladero" de Roberto Guilmain

Sé que levantaré ampollas con mi comentario ya que tengo buenos amigos que están totalmente en contra de las corridas de toros… pero bueno… ¡lo superaré!
Además.. que no creo que sea muy desagradable compartir mesa con alguien que opina que los toros son una fiesta cojonuda.

Quizás sea por cultura… o por incultura como algunos aseguran.. por la que yo en los toros no veo lo que otros afirman. … Es cierto.. la primera vez que fui salí llorando.. cierto, cierto… Me acordaré toda mi vida acompañando a mi padre y mi madre … sentado en barrera, sombra, como mi madre abanicaba a Valentín Luján que acababa de ser arrollado por un toro a Porta Gayola el día de su alternativa. Salí temblando de la plaza ese día…. Tenía 15 años. A esa distancia ya nunca más me he sentado en una plaza…. más por pasta que por miedo … pero también es buena excusa.

Fue poco a poco como me fueron gustando los toros. Mi vecino Antonio Giménez también era de los que gustaba una buena corrida y ayudó a mi incultura. Corrida en la tele y pasaba a mi casa con el puro en los labios y un chato de vino… o pasaba yo que casi siempre era. En la pared de su despacho colgaban dos banderillas, una espada (herencia de su padre que se había arrimao alguna vez) y una foto de Franco (punto último este que nunca entendí hasta ahora).

Entre corridas en la tele y, alguna y esporádica, en algún coso cercano paseé mi incultura familiarizándome con los timbales, los pasodobles y los cambios de tercio. Poco a poco fui abstrayéndome de todo aquello que suponía el maltrato, sufrimiento e incluso el peligro… hasta tal punto que cuando veía un toro no lo veía como tal sino más bien como un complemento a un espectáculo trepidante, bonito y muy emocionante.

Pero no son emociones como las que algunos esgriman como peyorativas.. no son emocionantes porque los pitones pasan cerca de la taleguilla o el caballo casi es empitonado.. es emocionante pero de esas emociones que te ponen los pelos de punta…. como esas que te sacan una lágrima… que te hacen gritar espontáneamente … te estremecen… sueltan adrenalina hasta la euforia… Porque emociona… emociona ver un buen pase, una buena serie, una buena faena… emociona. Y quien no haya sentido esa emoción no se puede ni imaginar lo que se pierde.

Fíjate que no me pasa con los perros… no me emociona que a mi Favi le hubiesen dado un pase de pecho y jamás toleraría que le hicieran lo que le hacen a los toros, al contrario más bien lo reprimiría e intentaría prohibirlo… bueno, tampoco dejaría a un toro que se subiera a mi sofá.

Mi incultura, como veis, ha sufrido una involución… no se, si me pongo a pensar fríamente quizás sean los que no ven los toros como yo los incultos… quizás… pero no puedo generalizar ya que cada uno lo lleva como puede, quiere o deba. Comprendo perfectamente al que critica los toros y los vea como un maltrato animal… a mí tampoco me gusta la ópera… nunca he ido y me parece un montón de gente gritando sin orden ni concierto. Aquí llamadme culto si queréis.

¿¿¿Muerte digna??? ¿Que muerte es una muerte digna? No creo que exista… no hay nada más indigno que la muerte ya que nadie se merece morir… pero si hablamos de la 4ª definición metafórica de la palabra entonces las connotaciones van por “aceptable”… ¿pero quien es quien para definir lo que para uno es una muerte aceptable?. ¿Pues no es para un alpinista un orgullo morir en un ochomil? ¿o a mi abuelo morir en su casa? ¿o a un jijadista morir por la causa? ¿Son eso muertes… dignas? ¿No es más indigna la muerte de una lechuga iceberg que matar un caballo porque tiene una pata rota? ¿Y ver un pollo como da vueltas en un horno y relleno de tomillo? ¿será eso indigno?
Pues sí… es demagogia pura y dura.. ¿pero no lo es más las defensas de los seres vivos que se están oyendo últimamente?

Y que se haya prohibido en Cataluña sinceramente me la trae al pairo… En mi casa me enseñaron que si no se está a gusto en un sitio… puerta… pero puerta con todas las consecuencias, derechos, deberes y euros…. Pero eso es otro cantar y ya sería entrar en política de la fea… de la que hay ahora.

Sinceramente creo que hay leyes que deben ser cambiadas por mayoría en su censo y no por mayoría política. Este es un caso típico donde los políticos no pueden representar al vulgo ya que a uno de izquierdas le puede gustar (o no) los toros como a uno de derechas.

Sin embargo, ahora es cuando comprendo a mi vecino Antonio Giménez cuando colgaba el cuadro de Franco junto a los trastos de matar…. Los toros son un arma política y de doble filo.


Segunda oportunidad para la Fotografía
lunes, 25 enero, 2010, 11:42 AM - Critico de pacotilla
De entre las tantas pasiones que me han movido a ser el rabo de lagartija que soy, una de las que más me llenaron en su día fue la fotografía.
Como el paso del tiempo todo lo cambia y somos de corazón errante, el cambio a lo digital me desanimó hasta tal punto de la derrota y el desánimo. Para las fotos de “a diario” ya tenía yo mi compacta que llevaba a todos sitios y que pronto abandoné en lo más profundo del cajón y de mi mente.

Lo que realmente me motivaba de la fotografía había sido siempre la incertidumbre del instante cuando tenía que esperar un revelado que podía tardar una semana, la magia de los químicos en el cuarto oscuro y tu pericia con la ampliadora y la elección del filtro.

Los Reyes me trajeron una digital “güena” y ahora ando “da quí pa yá” con mi cámara colgada del cuello y haciendo fotos a todo lo que se mueve e intentando retomar aquella vieja afición.

Aquí os enseño una de las fotos que más me han gustado desde que estrené la cámara. No es una foto técnicamente perfecta. Es “callejera” y tiene el añadido sentimental de haber sido al final de una gran noche festejando el cuarenta cumpleaños de un amigo. Salgo to peo del Aperitoche a las 5 de la mañana empujado por el portero que nos echaba a todos; veo la composición, apunto, enfoco el Summicrom y disparo. El revelado es el que hace la cámara en reducción de ruido ya que está con iso 3200 y ya está. A mi me parece una buena foto.


El resto de las fotos de esa noche están aquí
David Cumple 40


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