Poxi Pol o Polo de Bolsa (maneras y maneras)
sábado, 05 septiembre, 2009, 10:19 AM - Idas de bola


Para los principiantes en esto de comer polos os diré que dentro de su género es uno de los que a priori podría parecer de lo más simple y facilón ... al final resulta de una complejidad apabullante si lo que realmente queremos es .... saborear un poxipol.

Hablar de Poxi Pol es hablar simplemente de un placer que roza la perfección.
Etimológicamente la palabra Poxi Pol no tengo ni la más remota idea de donde sale... es más .. no tengo ni puta si es o no realmente su nombre.. pero poco importa como llamarlo. oh no?.
Allá cuando yo aún me ponía los pantalones al revés fue cuando descubrí este placer. En el kiosco Josefa y más tarde en el de “La Concha” (no por estar en la playa de San Sebastián sino por el nombre de la tendera) valían “A peseta” (moneda anterior a la actual (2009...euro, por si está crónica no perece en el anonimato)..véase Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Peseta)

La idea de meter un polo dentro de una bolsa alargada fue un invento muy parecido al de Chupa Chup (otra historia) aunque creo que no fue tan rentable debido quizás a que tan solo se podría disfrutar en verano (según nuestras madres y el dentista). Imagino que una primera razón por cual meter un polo en una bolsa fue la de impedir esos desagradables chorretes de colores que solían aparecer los domingos a la hora del café y siempre en la camisa recién estrenada. Del cuello para abajo solo se veía una linea continua que atravesaba la camisa de franela, los pantalones cortos, corría por la desnuda pantorrilla y frenaba inexorablemente en los calcetines blancos de puntilla en una mancha directamente proporcional al cuadrado de la hipotenusa del helado en cuestión. Afortunadamente y en aquellos momentos los polos eran de agua y solo de un sabor. No me puedo ni imaginar el caos que podría producir, hoy en día, un twister o peor un pirulo tropical.
Decía que la principal idea habría podido ser ésa, aunque el posterior devenir empírico nos ha demostrado otras muy distintas ya que una de las normas principales para la correcta administración del producto es precisamente las pautas temporales como luego veremos. (ostia, éste párrafo lo puedo usar en cualquier tertulia)

Y sin más .. paso a explicar las normas de obligado cumplimiento si de lo de saborear un PoxiPol se trata.

1- ¿Cual?.
Los hay de muchas marcas, sabores, tamaños y colores.. pero tan solo los hay de una forma. Metidos en una bolsa hermética y termosellada.
Da lo mismo ya que de lo que se trata es de tomar algo refrescante y no de estudiar diseño o aprender a leer.

2- ¿Dónde?
Lo mejor es tomarlos relajadamente en una tumbona frente al Pacífico sobre las 7 de la tarde con el sol cayendo entre las montañas y el fresco de la nieve dándote en la nuca. Derecha un camarero más negro que los huevos de Gómez, izquierda Marilin Monrroe y detrás unas buenas espaldas, preferiblemente una naviera.

De no poder con alguna de estas cosas debe sustituirla por lo más relajante y placentero. Zapatillas, pié en la mesa de centro, tercio de mahou, sofá con forma y Real Madrid o Barsa-Betis.

3- ¿Cómo?
La forma es de los pasos más importantes que tiene este manual si el punto 2, párrafo 1 no se puede en su totalidad..

Lo voy a detallar en pasos individuales aunque con la práctica se pudiesen acelerar o unir varios de los procesos.



a) Sacar del congelador el PoxiPol sin mirar el sabor. Que sea sorpresa.
b) No utilizar ni servilletas ni guantes para ello. He visto auténticas barbaridades del estilo de usar papel aluminio o film de envolver.
c) Sentarse en la hamaca o en el sillón según se pueda.
d) No Leer, repito, NO LEER nunca los ingredientes descritos en el envase. Si es de color amarillo pensar que es un limón, naranja en una naranja y si es violáceo .... ........... si es violaceo ................................ ........................................................................ ........................................................
e) No cortar la bolsa nunca con las tijeras o algún utensilio de corte afilado. NUNCA. Utilizar las manos y si no se puede ... los dientes.
f) Escupir el trozo arrancado. Nunca tragarlo.
g) El primer trozo de polo se debe comer totalmente helado y sin miramientos. Mover con las palmas de las manos en movimientos cortos y rápidos para despegar el hielo de las paredes de la bolsa y dar bocados de medio cm a intervalos cortos hasta completar 1/4 del PoxiPol.
h) Importante en este punto descansar por unos instantes. Abstenerse de probar ni un solo bocado. Intercambiar de mano al notar síntomas de congelación alternando de una a otra y nunca pasar por la misma.
i) Transcurrido un tiempo relativamente no muy largo veremos por las paredes de la bolsa un líquido más oscuro que baja inexorablemente hacia la base del plástico. En este punto podremos comprobar la estructura hermética del complejo y del sellado térmico. De lo contrario tirar inmediatamente el PoxiPol a la basura y cambiar de camisa.
j) Coger desde la base del polo y hacer una leve presión de la barra helada hacia el cuello cortado de la bolsa. Importante en este punto es la concentración y tener tacto a la hora de empujar. Hacer primero pruebas en la bañera de la presión aconsejada. Sacar por encima un trozo pequeño del hielo y comerlo cortando levemente con la punta de los dientes y haciendo leve presión con los labios hacia un lado completando otro cuarto del PoxiPol. Si este paso lo hiciéramos mal cambiar camisa y pantalón y comenzaríamos desde el primer punto .
k) Dejar caer el medio PoxiPol que nos queda al fondo de la bolsa y dejar fundir con el caldo tibio que se ha desprendido. Prestar atención a los colores de ambos elementos. El caldo del fondo será de un color mucho más intenso al color de la barra aunque nunca de distinto color. De ser distinto color dejar inmediatamente la ingestión del PoxiPol y hacerse un lavado de estómago. En el plazo de una semana volver a comenzar por el primer punto.
l) Con los dos elementos fundidos en el fondo de la bolsa se procede a hacer un corte de la mitad de la bolsa con el fin de facilitar la ingestión posterior del elemento.
m) Escupir el trozo arrancado. Nunca tragarlo.
n) En el punto n lo más importante pasa a ser el caldo de color intenso en detrimento de la barra helada. Succionar el líquido dejándolo pasar a través de la barra helada enfriando el elemento para su fácil asimilación. Se elimina en este paso la dualidad del proceso quedando la barra helada sola en el fondo de la bolsa y con un color ligeramente menos intenso.
o) Repetir los procesos “j”, “k” y “l” sucesivamente hasta la total asimilación del producto tomando especial precaución en el punto “j”.
p) Si se desea comenzar de nuevo con otro por el punto primero.
q) Tres es ya vicio.

Distintas alternativas.



Podemos obviar alguno de los pasos descritos anteriormente aunque no es lo más aconsejable. Aquí describo alguna de las alternativas que tenemos para disfrutar de un PoxiPol si que por ello perdamos apenas propiedades.

1- "a"+"b"+"c"+"d"... "h" a "j" -"p" y -"q" (rápido)
2- "a" a "d" + "j" a "n" -"f" y - "q" (tibio)
3- "a" a "q" -"f" y -"m" (de estómago fuerte)
4- "a" a "f" y "k" a "q" (lento)


Y sin más deseo que podáis disfrutar con estas instrucciones de un PoxiPol tanto como yo lo hago y que descubráis en ellos a uno de estos placeres que tiene la vida a los que el tiempo ha tratado de respetar.
Espero muy sinceramente que cuando vuelva a ponerme los pantalones al revés recuerde estas instrucciones para poder saborear este manjar.

Enduro en Blando
lunes, 06 abril, 2009, 08:57 AM - Con dos ruedas gordas
Esto no es mío,
esto es de uno como yo,
que siente, que padece,
que le pasa lo que a mí.

Enduro en-blando (El_Jorf en ForoMtb y su blog que podrás encontrar en los enlaces a la derecha)

"Sustancialmente somos dos, espiritualmente sólo uno.
Hace tiempo que nos presentaron y desde entonces nos hemos ido conociendo, aprendiendo a preveer las reacciones o a ganar confianza. Nada sería lo mismo con otra compañera.
Vestidos para la ocasión, agarrados el uno al otro, en posición, me siento en el centro de los focos, en una nube, con el estómago del revés y el corazón enloquecido. Los discos comienzan a girar, partimos, y comenzamos a deslizarnos por la pista…

Desde el primer balanceo puedo sentir como ella se adapta a mi cadencia, acompañando con dulce firmeza los movimientos que conforman los primeros compases de nuestro “viaje”.
Alrededor las nítidas formas se han tornado en borrosas manchas de colores que se agolpan en la periferia de las retinas, recordándonos que no estamos solos y delimitando la pista por la que hago deslizar el oscuro calzado de mi compañera.
Las gotas de sudor humedecen mi espalda, los latidos en mi pecho van disipando la ansiedad inicial, empiezo a sentirme suelto, confiado, como una melodía que llega de lo lejos y dota de ritmo a mis movimientos.
Como una coreografía ambos, bien pegados, salimos exitosos de las partes más lentas, que requieren una mayor destreza, y es donde ella sabe amortiguar con sus grandes virtudes mis errores; igualmente en las rápidas donde marco la línea y ella me sigue sin desacompasarse en paso alguno.
Hace tiempo que dejé de escuchar los sonidos, de ver lo que hay frente a mí. Soy un torrente de agua desbocado y ella el lecho que me encauza y nos permite fluir por la pista con el instinto de tantas horas de conjunta práctica.

Continuamos al unísono, tengo la sensación de flotar, nos movemos livianos, trazando un camino que parece nacer en mis pensamientos, sin esfuerzo alguno. Un serpenteo, izquierda-derecha, me freno y vuelvo a acelerarnos, la ropa ondea en el aire, los giros se suceden, abiertos unos, cerrados en una baldosa otros, tumbo a mi compañera hasta casi tocar el suelo, la levanto hacia mí al tiempo que cambiamos la posición para atacar los próximos pasos.

Una parte complicada, me cuesta hacer los apoyos con soltura y me atasco, pero mi compañera me transmite tanta confianza que no puedo más que salvarla con éxito. La adrenalina permite que siga concentrado en mi cuerpo, en devenir con armonía, evaporando el cansancio que llega y puede hacerme fallar.

Lo que antes sentía un corazón desbocado no era sino un adagio comparado con el incesante repiqueteo que amenaza con abrirme el pecho, proclama del disfrute, la intensidad y felicidad del momento. Supervivencia.
Si, porque estas sensaciones sólo las tengo aquí, y cada vez que estamos juntos desaparecen de mi cabeza todos los problemas, sinsabores, decepciones o angustias que pueda tener en la vida, todo es borrado de un plumazo por las emociones vividas durante estos minutos. Emociones que me permiten sobrevivir y ser feliz cuando todo lo demás va mal.
Emociones que valen una vida.

Estamos acabando, sabemos que falta poco y el remate siempre resulta especial, el último trago de entusiasmo, que dejará un dulce sabor de boca. Así que disfruto los últimos compases y me concentro en sentirlo todo:
Siento su tacto en las yemas de mis dedos, que frenan su ímpetu y la conducen a mi ritmo.

Siento la irrealidad que hace posible algo tan perfecto

Siento el aire que se aparta ante nuestros movimientos

Siento su cuerpo rozando con el mío al desplazarnos

Siento cada centímetro de mi cuerpo rebosante de paz



Y siento que se acabe, si no es porque siempre podré disfrutar otro descenso con una compañera tan especial."




Investiganda; Cartagena hasta La Azohía
lunes, 09 marzo, 2009, 09:51 AM - Con dos ruedas gordas



Pues la cosa ya salió hace unos cuantos fines de semana cuando a alguien se le ocurrió decirme que quería hacer una investiganda por la zona de Cartagena y más concretamente por Cabo Tiñoso.

Yo ya había hecho alguna ruta por allí y la verdad es que la espectacularidad del entorno me imnotizó y me movió a estudiar un poco más la zona.

Preguntado por aquí y por allá y buscando los track en distintas web de gente que la había hecho andando, se hizo un track “definitivo” que fuimos moldeando según se acercaba la fecha de la ruta.



La ruta la diseñamos con comienzo en Cartagena y final en un pueblecito pesquero y winsurfero llamado La Azohía. Por tanto necesitábamos infraestructura (llámese tener un par de coches en la llegada para poder volver a por los coches). Se mantuvo un poco en secreto ya que no sabíamos lo que nos encontraríamos ni la dificultad que entrañaba por lo que se preparó por privados para este pasado Sábado.

Los días anteriores a la aventura nos dedicamos a ultimar detalles y sobre todo a estudiar curvas de nivel y posibles alternativas por lo que cada uno cargó en su gpese las distintas posibilidades. Mucha agua, comida y la incertidumbre de un clima que iba cada día a mejor.

7:00 suena el despertador y 7:30 en marcha con desayuno continental. Pablo carga la bici en mi coche, Woko iba de camino desde Torrevieja y MN desde Murcia. 8:30 en Cartagena. Dejamos a Pablo con las bicis en el parking del Erosky y rápido con tres coches hasta La Azohía a dejar dos. Ida y vuelta en 40 minutos.... y yo pensando que no será tanto cuando en 20 minutos la haces en coche.... Bueno, habrá que verlo. La conversación de vuelta fue sobre la conveniencia de hacer la ruta La Muela o por Portus (original GR92).



Hora de salida ...9:45... Hacia Roldán derecho. Hasta el collao del Roldán pista con algo de senda. Llegamos convencidos de hacerla por La Muela ya que por el camino nos aconsejaron lo que más o menos sabíamos. En el collao nos armamos que la senda ya se ponía chunga.



El mar a la izquierda y senda estrecha que de vez en cuando nos hacía descabalgar de las bicis. Continuos barrancos por los acantilados que te ponían los huevos en el galillo y te iban soltando adrenalina. Barrita en el último collao de subida y prepararnos para bajar.



La bajada por el Roldán derecho es muy buena aunque con piedra muy suelta y escalones de esos que te encuentras tras una curva, sin saber como atajarlos hasta que estás volando. Luego se abre en pista rota con pedrolos bien sujetos donde puedes dejar de vez en cuando los frenos si tu horquilla te lo permite.

Llegamos a la carretera que va a Portus (uno de los mejores canmping nudistas que existen en España... dixi murci) y subimos hasta la carretera para enlazar con la pestosa subida de La Muela donde, y en to lo alto, paramos a reponer algo de las fuerzas que nos había robado la pista. A partir de aquí.... todo nuevo.



Comienza bajando por senda estrecha que se acerca a una zona mucho más pelada y de subida que nos va a llevar a su cima donde las vistas son impresionantes con la Casa del Comandante abajo y los barcos navegando frente a nosotros.



Luego la senda se hace más ancha pero se agradece por la peligrosidad de la misma ya que comienzan un sinfín de curvas a derecha e izquierda con un balcón impresionante al abismo y repleta de piedras sueltas donde cualquier susto se convierte en “muelte”. Acaba la bajada en un collado donde nos sacudimos las manos de tanto frenar.




Izquierda impresionante paisaje de Cartagena con su puerto y el pueblo de Portus con su camping.... derecha los preciosos acantilados de Boletes y Cabo Tiñoso... abajo una calita preciosa “Cala Aguilar”. Aquí nos dimos cuenta de la dificultad que hubiese entrañado el hacer el GR92 original. La senda no se podía ni intuir y cuando se acercaba a la costa tan solo había un trazo por los cortados donde no solo hubiésemos tenido que escalar... también rapelar.



Nuestro camino discurría hacia la derecha... hacia la calita pero para ello había que llegar por unas impresionantes Zetas que la vegetación tapaba y los escalones eran escalofriantes. Las primeras no eran imposibles aunque si muy difíciles ... las últimas ni se podían intentar. ..En medio escalonacos enlazados uno con otro que nos hacían encomendar a Santa Liric, San Marzochi y el sagrado corazón de La Pike. Luego una diagonal larga que nos hizo disfrutar hasta la misma orilla de la playa.... Afrodisiaco, orgásmico y extasiante.



Comimos bajo el único árbol que había en la zona y arreglamos sendos pinchazos de MN y servidor. Media siesta y palante como los de Alicante.



Pintaron bastos con una subida muy dura de escalada y porteo hasta llegar a zona medio alta y luego comenzó un continuo subebaja, desmonte, andar, portear, y, a veces disfrutar que se nos hizo algo duro pero placentero hasta la pista del cuartel de Boletes.
Eran ya las 4:00 cuando llegamos al cuartel y las fuerzas estaban algo justas. Habíamos tardado un par de horas en hacer un par de km nos quedaban un par de horas de sol.



El track que llevábamos discurría por una senda por los acantilados de la costa pero la pista de Boletes nos elevaba (necesario para llegar a La Azohía). Reunimos en la entrada de la senda y debatimos entre los cuatro la mejor opción. Así que elegimos lo que el corazón nos dictaba.... seguir por la senda así que para abajo buscando los acantilados. Pero.... tras unos 300 metros de senda ancha llegamos a un descanso donde aparentemente debía seguir la senda. Parecía que se dibujaba algún trazo de senda y así nos lo decían los gpses pero desde allí y mirando hacia Tiñoso..... pufffff lo que nos quedaba. Reunión de nuevo, vista al reloj y vamonos por la pista que además de ser el GR original... también nos lleva en la buena dirección.



De nuevo puta pestosa pista con rampones de vértigo y más con la que llevábamos encima. Despacico y buena letra hasta llegar a lo más alto. Luego bajada con algunos saltos hasta la aldea de El Campillo de Enmedio donde mi agua y la de Woko terminaron y tuve que pedirle a unos buenos señores que me abrieron su casa aún con la facha que llevaba de protecciones y casco. (muchas gracias)




Reunión de nuevo con el equipo y última decisión del día. Tras la pestosa pista debíamos de subir por asfalto unos 300 de acumulado más hasta las antenas donde teníamos la entrada de una trialera cojonuda hasta La Azohía o 20 minutos de llanero por una pista.
Sabia decisión la de irnos a los coches. Una subida por asfalto a esas alturas me habría aguado la fantástica ruta que habíamos hecho este día. Lo dejamos para otro día y en paz.



Luego llegada triunfal al puerto de La Azohía con su Almadraba enfrente, cervezas y cuatro tapas como cuatro soles por cuatro euros que nos sirvió para aliviar la sed, el hambre y el disgusto ... que no fue tal.




Aquí la fotografía aérea de la ruta que teníamos en mente hacer... (en rojo) y la que finalmente hicimos (en verde) por gentileza de Woko que la acaba de poner






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